Mujer, el mundo espera.
la misma primavera sangra cada mayo.
Relojes con ojeras
recorren las aceras,
te miran de soslayo.
Al pie de tus caderas
armando la quimera del amor batallo;
caballos de madera
tiraron las banderas
y fueron tus vasallos.
De blanco por la calle Fuencarral
volando con vestido y zapatillas
llegaste como un ángel criminal
de labios por cuchillas.
Cruzaste camuflada entre la gente
dispuesta a liquidarme de puntillas
e hiciste del final de una colilla
las nubes de mi frente.
Con malas compañías
gasté toda mi suerte para conocerte.
El mundo que traías
en las manos vacías
bastó para quererte.
Tristeza de tranvías
eternos como días sin volver a verte.
Las mismas manos frías
en otras geografías
posé por devolverte.
De blanco por la calle Fuencarral
volando con vestido y zapatillas
llegaste como un ángel criminal
de labios por cuchillas.
Cruzaste camuflada entre la gente
dispuesta a liquidarme de puntillas
e hiciste del final de una colilla
las nubes de mi frente.