Ahora que nadie me espera;
que ya no entierro los versos en el papel;
que tiene más de noche cada día.
Pasada ya la frontera
de las palabras, sin sangre en el pincel
que sabe dibujarte todavía.
Ahora me voy y por primera vez
no pienso en el regreso,
no juego a ser tu juez,
no mato por tus besos.
Ahora que el viento me guía;
que pongo el norte en la frente de otra mujer
y bailo contra todas tus promesas.
Dejo la carta vacía
salvo el recuerdo que olvida desmerecer
tus piececillos libres de princesa.
Ahora me voy y por primera vez
no pienso en el regreso,
no juego a ser tu juez,
no mato por tus besos.
Juan Barrios